La Asociación de Directivos de Comunicación ya tiene presencia real en Castilla-La Mancha. Con sede en las oficinas de CEOE-Cepyme de Ciudad Real, la asociación acaba de crear su delegación en la Región, con el objetivo de agrupar a directores de comunicación de las empresas e instituciones más importantes de la Comunidad Autónoma, así como a los máximos responsables de las consultoras de Comunicación. En Castilla-La Mancha, los objetivos de la organización se gestionarán desde Ciudad Real y la junta rectora recién nombrada buscará, por un lado, consolidar esta asociación como entidad de referencia en el ámbito de la Comunicación en la Región y, por otro, que los profesionales actúen como transmisores y proveedores de conocimiento de la Comunicación, así como ocupar el territorio funcional de la RSC.
La junta rectora estará compuesta por la presidenta, Teresa de Cuadra García, directora de Comunicación de Caja Rural de Ciudad Real; el vicepresidente, Miguel Sánchez Miguel, director ejecutivo Grupo Varnet; la secretaria general, Noemí Fernández-Pacheco Calderón, directora de Comunicación del Ayuntamiento de Miguelturra; y la tesorera, Mayte Sánchez Rubira, directora de Comunicación del Ayuntamiento de Ciudad Real. Además, contarán con el apoyo de tres vocalías, Arturo Borja Segade, director de Comunicación y Marketing de Alquimia Soluciones Ambientales; Ángel Ortega, responsable de Prensa de la Interprofesional del Consejo Regulador D.O. La Mancha; y Pelayo Martín Sendarrubias, director de Prensa y Comunicación de CEOE-Cepyme Ciudad Real.
El nacimiento de esta asociación en Castilla-La Mancha y la creación de su junta rectora se debe no sólo al compromiso e implicación de los profesionales de la Comunicación que han considerado importante unirse para formarse e informarse de todos los avances que puedan surgir en nuestro ámbito de trabajo, sino también a la complicidad de los responsables de sus empresas e instituciones, que han visto en esta iniciativa una manera de que sus trabajadores sigan cumpliendo con la responsabilidad inherente al ejercicio de la Comunicación, que aconseja que la actividad de los comunicadores se rija por unos principios públicos de rigor y responsabilidad debidamente aceptado.
