El Tribunal del Distrito de Columbia ha recogido una demanda de un grupo de medios de comunicación de EEUU contra Google, compañía a la que acusan de mantener un comportamiento que va contra los principios de "competencia", tales como el uso de sus contenidos sin pago proporcional, la absorción de publicidad merced a una posición de predominio, o la utilización de la Inteligencia Artificial (IA).

De esta manera, los medios demandantes consideran que las aplicaciones de Inteligencia Artificial conocidas hasta el momento y utilizadas por la compañía de búsquedas en Internet, no hacen sino empeorar el problema.

En concreto, citan al bot conversacional Bard y la experiencia generativa de búsqueda (SGE) como dos factores que incrementan notablemente la posibilidad de que el usuario no salga del entorno de Google y, por lo tanto, no llegue a los medios de los que la compañía habría obtenido parte de la información que aflora de ese modo.

Con todo, este desequilibrio no es nuevo, de forma que las aplicaciones de inteligencia artificial solo vendrían a gudizar una tendencia al alza desde hace años, que hace que se incrementen en porcentaje de búsquedas que terminan sin generar ni un solo clic.

Todos estos medios personados en la demanda, se remontan a 2012, año en el que Google estrenó los llamados gráficos de conocimiento, unos paneles que aparecen a la derecha de los resultados de muchas búsquedas, en los que el usuario puede ver información sin hacer clic en ningún enlace que antes solo era accesible de ese modo.

La causa impulsada por todas estas cabeceras norteamericanas contempla que una parte sustancial de esa información ha sido captada de los medios directa o indirectamente, de la misma manera que los fragmentos destacados que asoman como primera respuesta a muchas búsquedas, y que los demandantes denominan como palancas de reducción de tráfico.

En ese contexto de consolidación del esquema pregunta-respuesta, la participación de la inteligencia artificial podría convertirse en el factor definitivo para acentuar el declive de los clics que emite Google hasta niveles dramáticos para la mayoría de los medios.

Así las cosas, algunas cabeceras ya han empezado a estimar el posible efecto de esa tecnología sobre lo que venían recibiendo hasta la fecha. Por ejemplo, The Atlantic ha calculado recientemente en una simulación que en un 75 % de las ocasiones, los usuarios recibirían respuesta a las cuestiones planteadas en el buscador, mientras anteriormente le enviaban tráfico.