Huesca acogió un curso de Protocolo y Comunicación Corporativa

Huesca ha acogido el primer curso de verano sobre protocolo y comunicación corporativa, que ha sido dirigido por Javier Sierra, profesor de la Universidad Abat Oliba CEU, y que ha contado con la participación de los más renombrados profesionales, académicos e investigadores en materia protocolaria que aportaron su experiencia y conocimiento a la hora de aplicar el protocolo en los diferentes ámbitos de la sociedad actual.

Entre los ponentes se pudieron escuchar a profesionales como Félix Villarrubias Solanes, ex jefe de protocolo de los Premios Príncipe de Asturias y ex jefe de protocolo y gabinete de la presidencia de la Diputación de Barcelona, además de otros expertos que analizaron las formas de aplicación del protocolo en los diferentes ámbitos de la sociedad, reflexionaron sobre las repercusiones comunicativas en la organización de actos, comprobaron la vigencia de la normativa protocolaria y mostraron la importancia de los medios de comunicación en la retransmisión de los actos.

Resaltó la intervención del primer introductor de embajadores del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno español, Francisco Javier Vallaure de Acha, al afirmar que "el protocolo está en todos los órdenes de la vida, en todo lo que hacemos y respiramos" y considerar muy difícil el poder "condensar en pocas palabras lo que significa el protocolo en diplomacia", campo en el que es experto y cuyos orígenes, recordó, se remontan a "los quiliarcas, mensajeros de los reyes persas" que "eran personas muy atentas, observadoras y que ejercían también una función de acompañamiento".

Su evolución ha llegado a los actuales embajadores, personas que tienen sobre sus espaldas una gran responsabilidad. "Si representas a tu país en el exterior, tienes que conocer las reglas del juego básicas: el respeto, la cortesía, la capacidad de negociación y de cerrar acuerdos y, sobretodo, el mantenimiento de las formas. La buena educación no está reñida con el resto de actos sociales de la vida. Y un diplomático tiene que respetar las reglas del juego, además de conocer las normas locales de cada lugar", apuntó Vallaure.

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